Todo cordobés que se precie ha ido alguna vez a los villares de perol, es un clásico de esta ciudad, niños con los balones, gente gritando, música, risas y un largo etcétera de sonidos.
Pero yo soy muy fan de ir cuando no hay nadie, la verdad que se disfruta de otra manera, llevar al peque a los columpios, dar un paseo por los caminos y aprovechando que me quedan unos dias de vacaciones es lo que hemos hecho. Hoy he disfrutado con el peque escuchando los pájaros, ha descubierto que si se queda en silencio puede escuchar cosas increíbles.
Aquí os dejo un amigo que nos ha acompañado en el paseo de hoy.
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